Comienza un nuevo curso, como todos, llenos de ilusión, ganas e incertidumbre.
Atrás quedan los días de descanso estival que, debe ser cosa de la edad, cada vez me pasan más rápido. Aunque lo mismo me pasa con los cursos lectivos. Y es que, día a día, desde Cineduca ya hemos cumplido 11 años, desde aquel no tan lejano 2012, educando en el lenguaje audiovisual. Pero tranquil@ estimad@ lector@, esta entrada no va de nosotros.
La importancia del docente
Antes de entrar en materia queremos lanzar un pequeño homenaje a quienes ahora se enfrentan, por primera vez en este curso 2023-24, a las aulas vacías y que ellas y ellos irán llenando de conocimiento, cultura, cartulinas y, sobre todo, mucha vocación por su trabajo: los docentes.
Una profesión, la del docente, cada vez menos considerada por quienes más deberíamos respetarla, los padres. Olvidamos que los centros educativos (sic) no están para educar, sino para formar. La educación es cosa nuestra. Y muchas veces, nos falta a la hora de entender su labor y dirigirnos a ellos.
Hacemos la broma recurrente a nuestros amigos y conocidos docentes de los famosos “dos meses de vacaciones” (que nunca son tales), pero olvidamos la cantidad de cuestiones a las que se enfrentan en su día a día, empezando por leyes educativas que cambian cada 10 minutos (aún está por ver que la última termine de implementarse al albur de nuestra movida vida política). Pasando por la burocracia infinita, las programaciones, informes…
Por favor, observemos que aún ni hemos mencionado el trabajo docente y con los alumnos, que eso también conlleva lo suyo, aunque sea la parte más placentera del trabajo del educador.
Personalmente, me dedico a la educación no formal desde hace más de 15 años. Y puedo asegurar que los niños y adolescentes te dan muchísima energía y alegrías, pero también la absorben. Así que, todo minuto disponible para reponerla, es poco.
Por delante tenemos un curso 2023-24 en el que seguramente ocurrirán muchas cosas. Buenas y malas. Será el segundo que viviremos en normalidad tras la pandemia (que nadie ha reconocido a los docentes que estuvieran al pie del cañón con órdenes muchas veces contradictorias). Esperemos que sea, al menos, un curso estándar. No necesitamos más experiencias históricas, gracias Destino.
Sé que todos vosotros, maestras y maestros, profesores, docentes y todos los equipos que componen un centro educativo, daréis lo mejor de vosotros para que vuestros discentes aprendan. Pero siempre tendremos una pequeña rémora: la necesaria Alfabetización Mediática e Informacional (AMI). Pero, de eso, hablaremos otro día.