Ante todo, quiero disculparme con anticipación con todos vosotros pues hoy voy a salirme un poco de la tónica habitual del blog.
Hace un par de días, el diario El País ofrecía una noticia impactante: casi 3.000 niños de Barcelona sufren desnutrición
Increíble.
El caso es que llevo estos dos días dándole vueltas a si hacer este post o no puesto que se sale de nuestra intención de analizar el audiovisual o dar pistas de cómo es su código para que aprendamos a interpretarlo. Al final me he decidido a escribirlo para contar mi experiencia en este curso con los escolares y colegios de la Comunidad de Madrid.
Como muchos sabréis, desde Cineduca, tenemos un programa educativo llamado “Leer el Cine” que desarrollamos por diferentes municipios. Como no tenemos patrocinios (aún) ni subvenciones, tiene un pequeño coste para los alumnos de 2€.
Parece poco. Y lo es. Sin embargo, he experimentado algunos casos este curso en la línea de la noticia de El País. Colegios (no diré cuáles ni dónde) que me transmitían que tenían alumnos que sólo hacían una comida al día. La que hacían en el colegio. Casos de niños que tenían que atender y darles algo en el colegio a media mañana porque se desmayaban en el patio jugando porque ni habían cenado ni desayunado.
El caso más sangrante que me he encontrado, ha sido el de un centro que, me decía, tenían en torno al 40% de alumnado que ni siquiera podía permitirse esos 2€ que cuesta la actividad.
Son sólo algunas muestras de cómo está la situación. Que no es única de Barcelona o de lugares lejanos a Madrid. Está pasando en toda España y, parece, que los que tienen que hacer algo no hacen nada… Bueno, sí, anunciar más recortes en educación y becas de comedor… ¡Vergonzoso!
Si alguien no tiene culpa de cómo está la situación, son los niños. Estamos sacrificando su educación, su crecimiento y, ahora, su comida. Pero no importa. Hay que cumplir unos requisitos absurdos autoimpuestos. Hay que recortar hasta el infinito y convertir sectores esenciales en un erial. Hay que mantener a 4 $%&”# en sus cómodos sillones…
En fin, no quiero volcar aquí todo lo que pienso. Sólo quería compartir con vosotros el dato que, no es científico, pero que he vivido en primera persona trabajando con los colegios.
Y para acabar, y tratando de reconducir el objeto de este blog, vamos a analizar la foto con la que ilustraba El País el artículo:
La foto está tomada en plano cenital (como si la hicieran desde el techo) para que veamos el plato y la cabeza del niño (que no identificamos, con lo que, nuestra mente asimila como “cualquier niño”).
Es un plano bastante cerrado (equivaldría a un Primer Plano de personaje). De modo que sólo vemos parte de la cabeza y el plato de comida. Nada más. No podemos situar la “acción”, ¿dónde es? sólo el artículo nos dice que es Barcelona, pero con la imagen no podríamos situarlo siendo, de nuevo para percepción, “cualquier sitio”.
Los elementos tampoco son casuales y nos dicen mucho. El plato está completamente vacio. Acaba de comer, pero en el contexto de la noticia, lo que nos transmite, es que “no hay comida” además, esa sensación se refuerza porque el foco de la imagen está en las dos manos del niño sujetando la manzana. Parece que estuviera comiendo con avidez. De hecho, recuerda a las ardillas u otros pequeños roedores que comen muy rápido en la misma postura.
Por tanto, tanto por toma, tamaño, composición y elementos retóricos, esta imagen nos indica una sensación de falta de comida y ansiedad por el hambre. Un mensaje acorde al contenido del artículo que, en este caso, lo refuerza.
Pasad un buen fin de semana! y gracias de nuevo por visitarnos.