La imaginación. Una idea.
Cuando somos niños es cuando más imaginación tenemos y cuando más historias inventamos. Somo capaces de ver lo que nadie más ve en la forma de una nube. Nuestra mente sigue derroteros que nadie más puede seguir, aunque para nosotros tengan toda la lógica del mundo.
Sólo los grandes artistas conservan plenamente esta capacidad. Y eso lo reflejan en sus
obras. El mundo surrealista de Dalí sólo es comprensible para él, pero desborda imaginación e ideas.
Algo parecido ocurre con el audiovisual. Si la luz es la materia prima con la que se hacen las imágenes, las ideas, la imaginación es lo que les da sentido.
No habría películas, series, ni videojuegos si alguien no los hubiera imaginado y creado una historia. Incluso la narración de la realidad requiere de una idea que organice una estructura coherente (no podemos poner imágenes grabadas así porque sí).
Detrás de todo audiovisual hay una idea y, si somos capaces de descubrirla, entenderemos el significado pleno de lo que estamos viendo. Pero eso, es casi imposible porque sería entrar en el mundo imaginado del autor.
Pero no quiero ponerme metafísico (al menos no hoy ;p ). Lo que quiero transmitiros es la importancia de tener clara la idea de lo que queremos contar.
Cuando hacemos un vídeo, tenemos que saber exactamente qué queremos transmitir. No hay opción a explicaciones o a escribir grandes párrafos explicativos, sólo tenemos un puñado de imágenes y sonidos que cuenten la historia que tenemos en la cabeza. Y eso, sin la estructura que dan las ideas, no es posible.
Como ejemplo quiero compartir con vosotros este famoso vídeo realizado por un estudiante americano:
Es una síntesis muy buena de la historia de nuestro planeta (un poco escorado al prisma de la visión americana en cuanto entra en el siglo XX), pero es un ejercicio perfecto de lo que hablaba.
Lo importante es que tenía una idea muy clara de lo que quería contar y cómo contarlo. Escogió una música acorde al clima emocional que quería crear y utilizó su ritmo para concatenar imágenes creando un discurso narrativamente impecable. Alarga las imágenes en los momentos más dramáticos aprovechando la música.
Un ejemplo de cómo cualquiera con una idea puede hacer algo increíble. Eso es lo importante. Tener la idea. El resto es técnica, y eso, se aprende. La imaginación, es innata.